ÉMILE ZOLA A JEANNE ROZEROT
Emile
Zola (1840 – 1902). Escritor y fotógrafo francés.
A
Madame Rozerot en Cheverchemont par Triel
París,
viernes 13 de julio de 1894.
Querida
mujer bien amada, no hay por qué preocuparse si me has visto un tanto enfermo
el día de ayer. No es nada grave y la molestia es tan sólo que me duele mucho
cuando me atacan estas crisis (3). Estoy pagando sin duda mi enorme trabajo del
invierno pasado. Además, y esto es cierto, no soy feliz. Esta división, esta
vida doble que estoy obligado a vivir termina por desesperarme. Por lo mismo te
ruego que seas buena conmigo y que no te enfades cuando las cosas no salen
según nuestros deseos. Yo había acariciado el sueño de hacer feliz a todo el
mundo a mi alrededor, pero descubro que esto es imposible y yo soy el primer
afectado. Cuando ayer por la noche llegué de nuevo a mi casa, estuve muy
triste. ¡Yo que había disfrutado por adelantado el ir a verlos! Apenas si pude
hablarte, no pude decirte todo lo que me hubiera gustado decirte, apenas besé a
mis pobres bebés. Esta mañana aún me pregunto si es cierto que los he visto a
los tres.
Y
lo peor de todo es que yo no quisiera llevarles sino alegría en las raras
ocasiones en que voy a verlos. Ayer no les llevé más que tristeza. Estoy
desolado y muy enojado conmigo mismo. Atravieso por un mal momento. Si trabajo
es porque no sé qué hacer, pues no tengo el corazón para pasearme o distraerme
de otra manera. Así que me aburro y tomo un libro. Espero que este estado cese;
quiero estar muy bien la próxima semana cuando los vuelva a ver en París.
Prefiero también encontrármelos a solas [...] Hay que estar alegres y tener
buena salud, querida mujer bien amada.
No
te preocupes por el pobre hombre que soy. Tú eres joven y no debes
entristecerte. Acuérdate que yo te quiero con todo mi corazón y no te preocupes
por lo demás. Lo que no puede cambiar es el cariño que les tengo. Cuando me
veas triste, preocupado, sufriendo, ten la seguridad de que no tienes nada que
ver en ello; y la única manera de aliviarme es que no te entristezcas por mi
estado, que me conserves en ti mi rinconcito de felicidad siempre joven y
siempre contento. Es necesario que sigas siendo mi alegría.
Besa
por mí fuertemente a mis dos pequeños, querida mujer bien amada. Denise es cada
vez más gentil, más afectuosa, y Jacques crece como un hermoso muchacho. La
idea de que nos amarán y serán nuestra alegría me consuela de muchas cosas. Y
es necesario que sean también casi todo para ti, ya que no puedes tenerme. Son
el querido lazo que nos mantiene unidos y que nadie puede romper.
Les
mando un beso de todo corazón a mis tres hermosos hijos. Quiéranme bien aun
cuando no los haga tan felices como quisiera. Le mando un beso a Jeanne, le
mando un beso a Denise, le mando un beso a Jacques, por orden de estatura, y
los guardo a los tres en mi corazón. Hasta el miércoles.
Traducción de Alberto
Román
Émile
Zola
(1840
– 1901). Escritor francés
Emile Zola
(1840 – 1902). Escritor y fotógrafo francés. Autorretrato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario