Querido:
Estoy segura de que me vuelvo loca de nuevo. Creo que no
puedo pasar por otra de esas espantosas temporadas. Esta vez no voy a
recuperarme. Empiezo a oír voces y no puedo concentrarme. Así que estoy
haciendo lo que me parece mejor. Me has dado la mayor felicidad posible. Has
sido en todos los aspectos todo lo que se puede ser. No creo que dos personas
puedan haber sido más felices hasta que esta terrible enfermedad apareció. No
puedo luchar más. Sé que estoy destrozando tu vida, que sin mí podrías trabajar.
Y sé que lo harás. Verás que ni siquiera puedo escribir esto adecuadamente. No
puedo leer. Lo que quiero decir es que te debo toda la felicidad de mi vida.
Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirte
que... todo el mundo lo sabe. Si alguien pudiera haberme salvado, habrías sido
tú. No me queda nada excepto la certeza de tu bondad. No puedo seguir
destrozando tu vida por más tiempo.
No creo que dos personas pudieran haber sido más felices de
lo que lo hemos sido nosotros.
V.
28 de marzo, 1941
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