Katherine
Mansfield a J.Middleton Murray
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París, febrero de 1914
¡Qué bueno eres conmigo! Dos
cartas esta mañana y un telegrama ayer por la tarde. Hubiera querido
contestarlo enviándote otro pero pensé que no lo esperarías, así que…me ahorré
el dinero. Sería un gran alivio ponerlo todo en claro, pero cuando recibas esta
carta será viernes por la mañana y, a menos que tus planes hayan cambiado, no
tendrás tiempo de contestarme más que «en persona». Ayer discutí el «asunto»
contigo todo lo que se podía por carta y sin estar tú delante. Depende de
nosotros; ahora somos lo bastante fuertes para encontrar una salida a nuestras
dificultades, para ser y seguir siendo también felices, y hacer nuestro
trabajo. (Por ser felices me refiero a serlo juntos en estos «tiempos extraños»,
ya me entiendes.) Y si puedo conseguir una habitación en Londres que no tenga
otra salida al exterior ni sea el final lógico de ningún pasillo, puedo
trabajar allí tan bien como en cualquier otro sitio; suponiendo que nos las
arreglemos para marcharnos de aquí enseguida.
K
[Traducción de Vincenc Tuset]
Tomado
del libro “Breve tratado de la pasión” de Alberto Manguel. Editorial Lumen
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